Baltazar fue abandonado a sus 11 años de edad. Pero tras llevar un tiempo en el refugio, se cruzó en su vida Dácil, una mujer que ya había adoptada anteriormente a otro abuelito con nosotros, pero que lamentablemente ya había fallecido, por lo que había nuevamente hueco en su casa para otro perro que lo necesitara.
En este caso le tocó a Baltazar, que ahora disfruta de un hogar calentito, del que nunca se tendrá que separar.