Sobre el Refugio Internacional para Animales
El Refugio Internacional para Animales se fundó el 1976 con el objetivo de rescatar, curar y buscar un nuevo hogar a los animales abandonados y maltratados del Valle de La Orotava en Tenerife (Islas Canarias, España).
Desde entonces, hemos acogido y dado una segunda oportunidad a miles de perros abandonados y maltratados.
Nuestra historia
Fundación de la Asociación y los primeros pasos
La asociación “Refugio Internacional para Animales” es una asociación sin ánimo de lucro que se constituyó en el año 1976, en el Puerto de la Cruz con el fin de rescatar, curar y dar en adopción perros abandonados. De la primera Junta Directiva y socios destacan la inglesa Jean Bugdon y la alemana Rita Lehmkuhl. Ellas que consiguieron con su firmeza y capacidad de persuasión que el Ayuntamiento permitiera a la asociación tomar posesión y mando de la lamentable perrera municipal en el barrio de Punta Brava. Con poco dinero y mucho trabajo transformaron el pequeño edificio en un refugio más o menos decente. Mientras que Jean trabajaba en el refugio, Rita visitaba las cocinas de todos los hoteles en el municipio, pidiendo restos de comida para los perros. Unos años más tarde, y después de muchas campañas y eventos de publicidad para recaudar fondos, fue posible mejorar la alimentación y las condiciones en general para los huéspedes del refugio.
Planes para un refugio propio
Durante los 32 años que el Refugio Internacional ocupaba el edificio en Punta Brava, entraron muchos perros a lo largo de cada año. Durante la época de verano entraban hasta 4 perros diarios. Aunque más de 100 perros salieron en adopción, la situación para los perros y sus cuidadores era casi insostenible. El deseo de tener un refugio mejor y más digno siempre estaba presente en la Asociación y un día, gracias al apoyo económico de la Fundación Canaria Saga Roos y la Fundación Loro Parque, se abre la posibilidad de empezar a hacer planes para construir un refugio propio. En 2007 encontraron un lugar perfecto en San Juan de la Rambla, pero el proyecto falló en la última instancia, por causa de la oposición de unos pocos vecinos y la mala voluntad e implicación por parte del las autoridades del municipio.
Desalojo del Refugio en Punta Brava
En menos de un año recibimos otro golpe: el desalojo de nuestro refugio. El día 7 de octubre de 2008. El día más triste de la historia de nuestra asociación. Gracias a la ayuda de nuestro amigo, el señor Wolfgang Kiessling de Loro Parque, la mayoría de nuestros queridos perros fueron trasladados al Refugio Acción del Sol en el sur de la Isla y otros a casas privadas de nuestros voluntarios. Los veterinarios del Hospital Veterinario Norte en el municipio de La Orotava nos ofrecieron provisionalmente algunas jaulas y también la disposición de una casita en sus instalaciones donde pudimos seguir y coordinar las adopciones hasta que encontramos un sitio permanente para reunir nuestros perros.
Nuevo inicio cerca del Hospital Veterinario
Al lado del hospital veterinario había un terreno grande con una casa antigua deshabitada, propiedad de los veterinarios. Ellos nos hicieron una propuesta de alquiler por un precio razonable, considerando todos los arreglos que eran necesarios hacer con la casa antes de ser habitable para los perros. Gracias a la solidaridad y apoyo de tantos amigos de la asociación, pudimos abrir las puertas al público en tiempo récord.
Nuevas esperanzas y otro revés
Durante los siguientes 6 años entró una cierta tranquilidad y pudimos concentrarnos en lo más importante: rescatar, curar y dar en adopción a perros abandonados. Con mucha ilusión empezamos de nuevo a buscar un terreno apto para un refugio de animales propio. Encontramos una finca con casa en Los Frontones, en el valle de La Orotava. Con la ayuda económica de la Fundación Saga Roos y con todos los requisitos y permisos necesarios decidimos comprarla. Pocos meses después se repite la historia de nuestro primer proyecto: vecinos hostiles y autoridades municipales en nuestra contra. En medio de esta “batalla” que al final decidimos dejar ante un mal peor, ya que sucede otro golpe. Nuestros arrendadores no quisieron renovar el contrato de alquiler. Luchamos para poder quedarnos unos años más, pero sin éxito. De nuevo tuvimos que “hacer las maletas”.
A la espera de un lugar definitivo
Logramos encontrar un alquiler provisional en el municipio de Los Realejos, que es donde nos encontramos actualmente. Lamentablemente, lo provisional se ha ido alargando durante años y no hemos logrado encontrar un terreno en venta que cumpla las condiciones para crear nuestro propio refugio. Pero seguimos buscando y esperamos encontrarlo.