Llegó en un claro estado de abandono y maltrato. Toby tenía todas las papeletas para darnos cuenta de que fue un perro de finca que no recibió ni un mínimo de respeto y cariño.
En el refugio se fue recuperando y aunque por su tamaño y su edad, veíamos muy complicada su adopción, llegó un ángel del cielo y decidió darle la oportunidad que ella sabía que merecía.